En este artículo aprenderemos sobre la baja visión: qué es, sus síntomas, causas, los tipos que existen, cómo se diagnostica y los tratamientos que hay actualmente.

Quizás has descubierto que, a pesar de tener tus gafas o lentes de contacto con la última medida, sigues sin poder ver los detalles, o te cuesta reconocer a alguien al otro lado de la calle. Cuando la visión se ve limitada de una forma que la corrección convencional no puede solucionar, es posible que estemos hablando de baja visión.

Es un término que puede sonar alarmante, pero que es fundamental entender. La baja visión no es ceguera, sino un nivel de deterioro visual que requiere un enfoque diferente, no centrado en la cura, sino en la rehabilitación y en maximizar la visión que te queda.

Esta guía está diseñada para explicarte a detalle qué es baja visión, cuáles son sus síntomas y causas, y qué soluciones existen hoy en día para que puedas seguir disfrutando de una vida plena, activa e independiente.

¿Qué es la baja visión?

La definición de baja visión es la de una pérdida significativa de la capacidad visual que no puede ser corregida completamente con gafas convencionales, lentes de contacto, tratamientos médicos o cirugía. Es importante recalcar este punto: no se trata solo de una miopía o astigmatismo que se soluciona con una nueva medida; es una condición persistente.

Las personas con baja visión no son ciegas. A menudo, conservan un resto de visión útil. El problema es que esta visión restante es insuficiente para realizar tareas cotidianas como leer el periódico, ver la televisión, cocinar con seguridad o reconocer rostros. Es una condición que se sitúa en el espectro entre la visión normal y la ceguera total, y que requiere un abordaje especializado para aprender a utilizar y potenciar esa visión restante.

Síntomas de baja visión

Los síntomas de baja visión no son universales, sino que dependen de la enfermedad que la esté causando. Sin embargo, si experimentas varias de las siguientes dificultades de forma persistente, es crucial que busques una evaluación especializada:

  • Manchas ciegas o zonas oscuras: notas que hay «agujeros» o manchas en tu campo visual, especialmente en el centro.
  • Dificultad extrema para leer: te cuesta seguir las líneas de un libro, las letras parecen amontonadas o borrosas, incluso con tus lentes de lectura.
  • Problemas con el contraste: no puedes distinguir objetos de colores similares (por ejemplo, un líquido oscuro en una taza oscura) o te cuesta ver escalones y bordillos.
  • Visión «de túnel»: sientes que ves bien de frente, pero te tropiezas constantemente con objetos o te sobresaltas con personas que aparecen «de la nada» por los lados.
  • Deslumbramiento extremo: la luz del sol o las luces artificiales te resultan muy molestas o incluso dolorosas, y te cuesta adaptarte a los cambios de iluminación (por ejemplo, al entrar a un túnel).
  • Colores desvaídos: los colores pierden su intensidad y se ven pálidos o «lavados».

Causas de baja visión

La baja visión no es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia o el síntoma de una enfermedad ocular subyacente que ha causado un daño permanente en alguna parte del sistema visual (la córnea, el cristalino, la retina o el nervio óptico).

Las principales causas de baja visión en adultos suelen ser enfermedades crónicas y degenerativas, entre las cuales destacan:

  • Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE): es la principal causa. Daña la mácula, la parte central de la retina, provocando la pérdida de la visión central.
  • Glaucoma: una enfermedad que daña el nervio óptico, generalmente por un aumento de la presión en el ojo. Causa una pérdida lenta y progresiva de la visión periférica.
  • Retinopatía Diabética: una complicación de la diabetes que daña los vasos sanguíneos de la retina, pudiendo causar visión borrosa, manchas flotantes y pérdida de visión.
  • Cataratas avanzadas: aunque las cataratas son operables, cuando están muy maduras o si existen complicaciones, pueden llevar a una visión muy reducida que califica como baja visión hasta que no se traten.
  • Retinosis pigmentaria: una enfermedad genética y hereditaria que provoca la degeneración progresiva de la retina, causando ceguera nocturna y pérdida de la visión periférica.
  • Otras causas: traumatismos oculares graves, lesiones cerebrales (ACV) que afecten el centro de la visión o albinismo ocular.

Tipos de baja visión

Los tipos de baja visión se clasifican según la forma en que tu campo visual se ve afectado:

Baja visión central

Es la pérdida de la visión en el centro exacto de tu mirada. Verás una mancha borrosa o un punto ciego justo en lo que intentas enfocar (como el rostro de una persona o una palabra en un libro), mientras que tu visión de los alrededores (periférica) se mantiene intacta. Es la más común y está causada principalmente por la Degeneración Macular (DMAE).

Baja visión periférica

Es lo opuesto: pierdes la visión en los bordes de tu campo visual, pero conservas la visión central. Esto genera el efecto de «visión de túnel». Puedes leer una palabra, pero te resultará muy difícil caminar por un centro comercial o una calle concurrida sin tropezar, ya que no percibes lo que hay a tus lados. Es el síntoma característico del glaucoma avanzado.

Ceguera nocturna

Conocida como nictalopía, es la incapacidad o dificultad extrema para ver en condiciones de poca luz, como al atardecer, de noche o en interiores poco iluminados. Es un síntoma clásico de la retinosis pigmentaria.

Visión borrosa o difusa

En este caso, no hay un punto ciego específico, sino que todo tu campo visual se percibe borroso, nublado o «lavado», como si miraras a través de un vidrio esmerilado o con vapor. Esto suele estar causado por condiciones que afectan la transparencia de los medios del ojo, como cataratas muy densas u opacidades en la córnea.

¿Cómo saber si tienes baja visión?

El diagnóstico de baja visión debe realizarlo un oftalmólogo, no es algo que puedas autodiagnosticar. El proceso es el siguiente:

  1. Examen oftalmológico completo: primero, tu médico realizará un examen ocular exhaustivo para diagnosticar la causa de la baja visión. Es fundamental tratar la enfermedad subyacente (como el glaucoma o la retinopatía diabética) para frenar su progresión.
  2. Evaluación de agudeza y campo visual: se te medirá la agudeza visual con las tablas optométricas y se evaluará tu campo visual para determinar exactamente cuánta visión has perdido y de qué tipo.
  3. Calificación: si, después de haber recibido todos los tratamientos posibles y usar la mejor corrección, tu visión sigue estando por debajo de ciertos límites, se te califica como un paciente con baja visión.

Tratamiento para la baja visión

Aquí es donde debemos ser muy claros. El tratamiento para la baja visión no busca curar la enfermedad que la causó (ya que el daño suele ser permanente), sino rehabilitar tu visión restante. El objetivo es darte las herramientas y estrategias para que puedas usar la visión que te queda de la manera más eficiente posible.

Este tratamiento es totalmente personalizado y se centra en las ayudas visuales. Estas pueden ser:

  • Ayudas ópticas: se prescriben lentes de baja visión especiales, que no son gafas comunes. Incluyen lupas de alta potencia, lupas con luz incorporada, telescopios (para ver de lejos) y filtros especiales que mejoran el contraste y reducen el deslumbramiento.
  • Ayudas no ópticas: son adaptaciones en tu entorno. Por ejemplo, usar iluminación dirigida (lámparas de luz blanca) para leer, usar marcadores de tinta negra gruesa para escribir, o poner etiquetas de contraste en los electrodomésticos.
  • Ayudas electrónicas: son la gran revolución. Incluyen lupas digitales (CCTV) que proyectan la imagen de un libro en una pantalla grande, software que lee en voz alta el texto de tu computadora, o simplemente usar las funciones de accesibilidad (zoom y contraste) de tu ‘smartphone’.
  • Terapia de rehabilitación visual: un especialista en baja visión te entrenará para usar estas ayudas y para desarrollar nuevas técnicas, como aprender a leer usando tu visión periférica si has perdido la central.

Preguntas frecuentes

¿La baja visión es una discapacidad?

. En el Perú y a nivel mundial, la baja visión es una discapacidad visual reconocida legalmente. Si tu agudeza visual, incluso con tu mejor par de gafas, está por debajo de un límite establecido, puedes tramitar un certificado de discapacidad. Esto te da acceso a beneficios sociales, laborales y educativos, y reconoce formalmente los desafíos que enfrentas.

¿Cuál es la clasificación de baja visión según la OMS?

La clasificación de baja visión de la OMS (Organización Mundial de la Salud) es técnica y se basa en la agudeza visual. Generalmente, se considera que una persona tiene baja visión cuando su agudeza visual en el mejor ojo, y con la mejor corrección posible, está entre 20/70 y 20/400. Una visión peor que 20/400 se considera ceguera. También se incluye a quienes tienen un campo visual muy reducido (menos de 20 grados), aunque su visión central sea nítida. Si la pérdida es muy grande, se puede hablar de baja visión severa.

¿Cómo aprovechar al máximo la visión que me queda?

La clave es la proactividad. El primer paso es aceptar la condición y buscar ayuda especializada en rehabilitación visual. Segundo, adapta tu entorno: la iluminación y el contraste son tus dos mejores aliados. También, utiliza sin reparos las ayudas ópticas y electrónicas que te recomienden; no son un signo de debilidad, sino herramientas de independencia. Finalmente, no te aísles; busca apoyo en tu familia y en grupos de personas con baja visión que entienden por lo que estás pasando.

Enfrentar un diagnóstico que afecta tu visión puede ser abrumador, pero no tienes que hacerlo solo. El primer paso es obtener un diagnóstico preciso de la causa de tu pérdida visual, y contar con un equipo que no solo trate tu enfermedad, sino que también se preocupe por tu calidad de vida.

En la Clínica de Ojos Opeluce, contamos con un equipo multidisciplinario de oftalmólogos subespecialistas en retina, glaucoma y córnea, listos para diagnosticar y tratar las principales causas de la baja visión. Nuestro compromiso es contigo y con tu independencia.

No dejes que el miedo o la incertidumbre te impidan buscar soluciones. Te invitamos a solicitar una consulta oftalmológica para que nuestros expertos evalúen tu caso de manera integral y te ofrezcan el camino para maximizar tu visión y seguir disfrutando de la vida al máximo.

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