En este artículo conoceremos la retinitis pigmentaria: en qué consiste, sus causas, síntomas, cómo se diagnostica y los tratamientos que existen en la actualidad.

La retinitis pigmentaria es una enfermedad ocular degenerativa poco común. Si has sido diagnosticado con esta condición o conoces a alguien que la padece, probablemente te preocupa cómo afectará tu visión a largo plazo. Esta enfermedad genética daña la retina, provocando una pérdida progresiva de la visión que generalmente comienza en la infancia.

Aunque la retinitis pigmentaria no tiene cura, existen tratamientos que pueden ayudar a ralentizar su progresión. La enfermedad se caracteriza principalmente por la dificultad para ver de noche (ceguera nocturna) y pérdida gradual de la visión periférica, síntomas que suelen manifestarse durante la niñez y continúan desarrollándose con el tiempo.

Es importante destacar que esta condición es hereditaria y puede transmitirse de padres a hijos, existiendo diferentes patrones de herencia.

En este artículo, encontrarás información esencial sobre la retinitis pigmentaria, cómo afecta tu visión, sus causas genéticas, los síntomas que debes reconocer y las opciones de tratamiento disponibles actualmente.

¿Qué es la retinitis pigmentaria?

La retinitis pigmentaria (RP) no es una enfermedad única, sino un grupo de trastornos hereditarios que afectan a la retina. Esta condición genética provoca la degeneración progresiva de la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo, dificultando la conversión de imágenes luminosas en señales nerviosas que el cerebro interpreta.

Esta condición se caracteriza por la degeneración progresiva de los fotorreceptores: conos y bastones. Inicialmente, afecta principalmente a los bastones, responsables de la visión nocturna y periférica. Posteriormente, los conos también pueden deteriorarse, comprometiendo la visión central.

Aunque generalmente aparece entre los 25 y 40 años, también puede manifestarse antes de los 20 o después de los 50. La RP puede presentarse aislada («no sindrómica») o asociada a otros síndromes como el Síndrome de Usher o el Síndrome de Bardet-Biedl.

¿Cuál es la función del epitelio pigmentario de la retina?

El epitelio pigmentario de la retina (EPR) es una capa monoestratificada de células pigmentadas situada entre la retina neurosensorial y la membrana de Bruch. Esta estructura desempeña funciones vitales como nutrir los fotorreceptores, eliminar células muertas, segregar hormonas y modular factores inmunes.

Además, el EPR participa en la fagocitosis de los segmentos externos de los fotorreceptores y en el ciclo de la vitamina A. Cuando el EPR se deteriora, como ocurre en la retinitis pigmentaria, se altera su capacidad para mantener sanos los fotorreceptores, acelerando la degeneración retiniana y provocando pérdida progresiva de la visión.

Causas de la retinitis pigmentosa

Las bases genéticas de la retinitis pigmentaria son excepcionalmente complejas y diversas. Esta condición presenta una notable heterogeneidad, con mutaciones identificadas en más de 50 genes y aproximadamente 3.100 variantes genéticas reportadas.

Mutaciones genéticas más comunes

La complejidad genética de la retinitis pigmentaria se manifiesta en cuatro niveles: heterogeneidad genética (diversos genes causan el mismo fenotipo), heterogeneidad alélica (diferentes mutaciones en cada gen), heterogeneidad fenotípica (distintas mutaciones en un mismo gen provocan diferentes enfermedades) y heterogeneidad clínica (idénticas mutaciones producen consecuencias variables).

Actualmente, dependiendo del tipo de retinosis pigmentaria y tecnología utilizada, es posible detectar mutaciones en el 30-80% de los casos.

Herencia autosómica dominante y recesiva

La retinitis pigmentaria puede heredarse mediante diferentes patrones. En la forma autosómica dominante, una copia alterada del gen es suficiente para desarrollar la enfermedad. Se han identificado mutaciones en 23 genes asociados a esta forma.

Por otro lado, la herencia autosómica recesiva requiere dos copias mutadas del gen, siendo el patrón más frecuente, con 36 genes identificados.

Herencia ligada al cromosoma X

Esta forma afecta principalmente a hombres, pues tienen un solo cromosoma X. Las mutaciones en los genes RPGR y RP2 representan la mayoría de estos casos. La pérdida de visión comienza con ceguera nocturna en la adolescencia, seguida por pérdida de visión periférica y eventual ceguera legal hacia los 40 años.

Síndromes relacionados

Además de formas aisladas, la retinitis pigmentaria puede aparecer en síndromes genéticos. El síndrome de Usher, la causa más común de sordoceguera, combina RP con hipoacusia neurosensorial. Su prevalencia es de 3,2 a 6,2 casos por 100.000 habitantes.

Por otro lado, el síndrome de Bardet-Biedl también asocia RP con anomalías como enfermedad renal, obesidad y polidactilia.

Síntomas de la retinitis pigmentaria

Los síntomas de la retinitis pigmentaria varían en intensidad y progresión, aunque siguen patrones característicos que permiten su identificación temprana. A diferencia de otras patologías visuales, esta enfermedad presenta manifestaciones graduales y específicas.

Aunque los primeros síntomas aparecen generalmente en la niñez, los problemas graves de visión suelen manifestarse en la adultez. La enfermedad avanza lentamente, por lo que algunos pacientes mantienen visión parcial hasta edades avanzadas.

Pérdida de visión nocturna

El primer síntoma que experimentan los pacientes es la dificultad para ver en condiciones de poca luz o ceguera nocturna. Esta manifestación inicial suele aparecer durante la adolescencia temprana. Los afectados notan mayor dificultad para moverse en ambientes oscuros y adaptarse cuando pasan de lugares iluminados a espacios con menos luz.

Campo visual en túnel

Posteriormente, se produce una pérdida progresiva del campo visual periférico, creando el característico «estrechamiento concéntrico del campo visual». Esta visión en túnel dificulta la percepción de objetos laterales, provocando tropiezos frecuentes con elementos del entorno.

Pérdida de visión central y de colores

En estadios avanzados, la enfermedad afecta la visión central, complicando actividades como la lectura. Asimismo, aparecen alteraciones en la percepción cromática, especialmente en el eje azul-amarillo.

Sensibilidad a la luz

La fotofobia o intolerancia anormal a la luz intensa constituye frecuentemente el síntoma más precoz. Esta hipersensibilidad obliga al uso de gafas con filtros especiales.

Diagnóstico de la retinitis pigmentaria

El diagnóstico temprano y preciso de la retinitis pigmentaria resulta fundamental para establecer un adecuado plan de tratamiento. Los especialistas utilizan diversos métodos para confirmar esta condición, siendo las pruebas genéticas imprescindibles para identificar los genes asociados con la enfermedad.

Además, la electrorretinografía, que mide la actividad eléctrica de la retina en respuesta a la luz, ayuda a confirmar el diagnóstico y determinar la evolución de la gravedad del trastorno.

Por otra parte, la Tomografía de Coherencia Óptica (TCO) proporciona imágenes detalladas que evalúan el estado de la retina.

Tratamientos para la retinitis pigmentaria

Aunque actualmente no existe cura definitiva para la retinitis pigmentaria, cada día avanzan las investigaciones y tratamientos que buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tratamientos con vitamina A y antioxidantes

El palmitato de vitamina A puede ayudar a retrasar la pérdida de visión en formas comunes de retinitis pigmentaria. Sin embargo, debe tomarse bajo estricta supervisión médica, ya que su exceso puede causar problemas hepáticos. Asimismo, los suplementos de luteína combinados con zeaxantina también pueden ralentizar la pérdida visual.

Terapia génica

Actualmente, el voretigene neparvovec-rzyl representa un avance significativo para pacientes con la mutación específica en el gen RPE65. Esta terapia génica se inyecta quirúrgicamente bajo la retina y puede restaurar cierta visión a quienes aún conservan células retinianas viables.

Implantes de retina artificial

Para casos de pérdida visual severa, existe el implante ARGUS II, una «retina artificial». Estos chips de computadora implantados quirúrgicamente pueden restaurar cierta percepción de luz y formas en pacientes con visión muy deteriorada.

Tratamiento para el desprendimiento del epitelio pigmentario

Las personas con inflamación retiniana (edema macular) pueden beneficiarse de medicamentos inhibidores de la anhidrasa carbónica, como acetazolamida o dorzolamida, administrados oralmente o en gotas oculares. Estas opciones pueden proporcionar una mejoría leve de la visión en casos específicos.

Además de las opciones mencionadas anteriormente, existen otras estrategias complementarias para el manejo de esta condición.

La neuroprotección mediante factores neurotróficos representa una línea prometedora de investigación. Estos compuestos protegen las células retinianas del daño oxidativo y retrasan su degeneración. Paralelamente, la terapia con células madre busca regenerar el tejido retiniano dañado mediante trasplantes celulares.

Los pacientes también pueden beneficiarse significativamente de sistemas de apoyo visual como lupas electrónicas, telescopios miniaturizados y aplicaciones móviles especializadas. Estas herramientas maximizan la visión residual y facilitan la realización de actividades cotidianas.

La modificación del estilo de vida también juega un papel fundamental. Usar gafas con filtros específicos reduce la fotosensibilidad, mientras que adoptar una dieta rica en omega-3 y antioxidantes contribuye a preservar la función visual.

Es esencial mantener un seguimiento oftalmológico regular para ajustar tratamientos según la progresión de la enfermedad. Adicionalmente, el apoyo psicológico y la participación en grupos de pacientes proporciona herramientas emocionales para afrontar la condición y compartir experiencias con personas que enfrentan desafíos similares.

Preguntas frecuentes sobre la retinitis pigmentaria

¿Cuáles son las posibles complicaciones de esta enfermedad?

Además de la pérdida progresiva de visión, la retinitis pigmentaria puede ocasionar complicaciones adicionales como cataratas, que aparecen en aproximadamente el 50% de los pacientes. Asimismo, el edema macular quístico afecta al 10-20% de los casos, pudiendo empeorar la visión central.

Por otra parte, algunas personas desarrollan queratopatía en banda, una condición donde se deposita calcio en la córnea. Durante el avance de la enfermedad, también puede presentarse nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos) y, en casos graves, ceguera legal.

¿La retinitis pigmentosa se presenta en la infancia o en la adultez?

La retinitis pigmentaria puede manifestarse a cualquier edad, sin embargo, generalmente los primeros síntomas aparecen durante la adolescencia o juventud temprana. En las formas más severas, particularmente las ligadas al cromosoma X, los signos pueden detectarse desde la infancia. No obstante, en casos de herencia autosómica dominante, los síntomas suelen desarrollarse más tardíamente, incluso después de los 50 años.

¿Existe cura para la retinitis pigmentaria​?

Actualmente no existe una cura definitiva para la retinitis pigmentaria. Sin embargo, las investigaciones avanzan continuamente. La terapia génica ha mostrado resultados prometedores, especialmente el tratamiento voretigene neparvovec-rzyl para mutaciones específicas del gen RPE65. Paralelamente, los trasplantes de células madre, los implantes de retina artificial y diversas terapias neuroprotectoras están en distintas fases de investigación clínica, ofreciendo esperanza para el futuro.

La retinitis pigmentaria representa un desafío significativo para quienes la padecen. El manejo adecuado de esta condición requiere un enfoque integral que combine tratamientos médicos, ayudas visuales y adaptaciones del estilo de vida.

Por lo que el diagnóstico temprano resulta fundamental para iniciar tratamientos que puedan preservar la función visual. Ante los primeros síntomas como dificultad para ver de noche o pérdida de visión periférica, no dudes en solicitar una consulta oftalmológica general en Clínica de Ojos Opeluce, donde especialistas podrán evaluar tu condición detalladamente. ¡Contáctanos!

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